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Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #salud, #bebe, #embarazo, #cuidados
Como ya probablemente lo has sentido, el dolor de espalda es uno de los malestares que son parte del embarazo. En su mayoría es totalmente normal y es causado por el desarrollo y adaptación natural de tu cuerpo durante tu gestación, no obstante, existen algunas medidas que te ayudarán a entenderlo y a disminuirlo.
El crecimiento de tu hermosa pancita, vendrá acompañado de un dolor de espalda, exactamente en la parte inferior de tu columna. Aunque tu cuerpo se irá adaptando, la lordosis lumbar –que es como se llama científicamente–, puede afectar tu bienestar durante esta etapa, por eso es importante que conozcas sus causas, características y cómo aliviar esta molestia.
La mayor parte del peso que ganarás en estos meses se concentrará en la parte inferior de la pelvis junto con el aumento del volumen abdominal. Por esto, se producirá una tendencia a que inclines tu cuerpo hacia adelante para compensar inconscientemente tu centro de gravedad, generando una curvatura lumbar. De esta manera es como surge este dolor.
Lo mejor que puedes hacer para evitar o contrarrestar el dolor de espalda es no tener sobrepeso, pues éste incrementa tu malestar ya que esos kilitos de más se suman a la carga que tu cuerpo soportará durante esta etapa y te hace aún más difícil mantener una postura cómoda que proteja tu espalda. Por eso es muy importante que hagas ejercicio con regularidad y te alimentes saludablemente.
En cuanto a tus actividades cotidianas, evita usar zapatos de tacón alto, no cargues cosas que pesen demasiado, trata de no agacharte y cuida tu postura. Sobre esto último hay consejos que a nosotras nos sirvieron mucho y sabemos que a ti te ayudarán bastante.
La espalda debe estar recta y apoyada completamente en el respaldo, puedes ayudarte con un cojín que proteja la zona lumbar. No debes cruzar las piernas porque se dificulta la circulación sanguínea, dando lugar a posibles problemas como las várices.
Lo mejor es hacerlo poco a poco, primero siéntate en el borde de la cama o del sofá, después balancea lentamente las piernas para ponerlas sobre la cama. Baja con cuidado apoyándote en los codos para no forzar las abdominales, ni los riñones. Y ayúdate con las manos hasta quedar completamente acostada.
Duerme de lado, apoyada sobre el lado izquierdo, ya que de está manera no oprimes a tu hígado, y con un cojín o almohada entre las piernas flexionales hacia delante para estar más cómoda.
Primero, ponte de lado, de modo que puedas apoyar el codo para soportar con el brazo el peso de la parte superior del cuerpo. Empújate con las manos para sentarte y finalmente, con la espalda recta levántate lentamente.
Mantén los hombros relajados, con la espalda erguida, la cabeza en alto y las rodillas semiflexionadas. Evita usar zapatos apretados o de tacón alto.
Evita hacerlo en medida de lo posible, pero si necesitas agacharte, hazlo lentamente hasta quedar en cuclillas, con la espalda recta y apoyando una mano en un lugar fijo para prevenir la pérdida de equilibrio. Nunca te agaches doblando la cintura y presionando la barriga.
El sedentarismo puede hacer más grave la molestia, ya que provoca pérdida de fuerza y masa muscular. Así que no dejes de hacer ejercicio, cuida tus movimientos, usa el calzado adecuado: si usas zapatos de tacón, que sean de tacón ancho y de unos 3 o 4 cm de altura. También puedes probar con fisioterapia, no hay ninguna contraindicación, además te ayudará a aligerar la tensión y reducir contracturas. Ignorar estos puntos, puede hacer que el dolor de espalda no sólo siga, sino que aumente, así que no olvides ponerlos en práctica.
El dolor de espalda es parte del embarazo, no te lo vamos a negar, pero si pones en práctica estos consejos, no lo sufrirás tanto. Si definitivamente es insoportable y te cuesta mucho trabajo aliviarlo, consulta a tu médico por si necesitas un medicamento que aminore tu molestia.
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