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Más Abrazos // Sábado 21 Marzo, 2020 // #cuidados, #salud, #bebe
Después de elegir los zapatos adecuados para tu bebé y entrenar juntos para dar sus primeros pasos, lo siguiente es estar atenta al desarrollo de sus pies. La intervención temprana es la mejor manera de identificar y tratar posibles problemas con los pies de tus hijos. Si tienes alguna preocupación, no dudes en consultar con tu médico de cabecera o especialista en ortopedia.
Todos los bebés parecen tener los pies planos cuando empiezan a caminar, pero en realidad únicamente entre el 3 % y el 13 % de los niños tienen esta condición. Esto significa que el arco en el pie está presente, pero desaparece cuando la planta se apoya. Lo mejor es esperar hasta que tu hijo tenga entre dos y tres años para que a través de una evaluación profesional se determine si requiere algún tratamiento de ortopedia.
Se da cuando el arco plantar está mucho más elevado de lo común, lo que provoca modificaciones musculares en los pies. Esta condición no afecta las actividades de los niños o su buen desarrollo, pero sí puede provocar dificultades para mantener el equilibrio o cansancio, ya que tu bebé se apoya más en el talón y en los dedos, no en la zona plantar.
Esta es una condición común en la que tu hijo camina sobre las puntas de sus pies y por lo general lo superan después de unos meses. De lo contrario, puede ser útil tener una evaluación cuando llegue a los dos años, ya que puede indicar la presencia de otros trastornos del desarrollo que necesiten tratamiento.
Esta condición provoca que la parte anterior del pie, o antepié, se desvíe hacia adentro. Se identifica generalmente al nacer y no suele requerir tratamiento. Generalmente se soluciona con ejercicios de estiramiento. Alrededor del 15% de los casos no se soluciona con esto, por lo que se contemplan otras opciones como zapatos correctivos, férulas o soportes.
Durante los primeros años de tu bebé no es fácil detectar la mayoría de estas condiciones. Ya que cada niño se desarrolla a su propio tiempo, solo un experto puede decirte si debes recurrir a algún tipo de tratamiento ortopédico. Si tienes alguna duda, consulta a tu pediatra, él es el más indicado para decirte si realmente es necesario visitar a un especialista.
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