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Más Abrazos // Sábado 4 Enero, 2020 // #consejos, #alimentacion, #bebe
La comida para bebé juega un rol muy importante en las actividades diarias que se disfrutan en familia. Por eso, queremos compartirte algunos tips para que tu hijo la pase muy bien durante esta experiencia.
Si combinas alimentos de distintos colores en el mismo plato, este resultará más atractivo para tu hijo y será más apetecible a la vista.
No es recomendable tener pantallas cerca cuando llegue el momento de comer, ya que podrían distraer a tu hijo y lo que buscamos es que aprenda a disfrutar este momento.
La comida es algo que debe aprender a valorar por lo que es, no por lo que podría obtener a cambio de terminar sus alimentos o de probar cosas nuevas.
Algo tan sencillo como pedirle que te ayude a secar las verduras, cortar lechuga o espinacas con sus propias manos o mezclar ingredientes, puede hacer que tu hijo tenga más ganas de probar los alimentos que él mismo ayudó a preparar.
¡Solo necesitas una manta, algunos cojines para sentarse y la comida de bebé! Un picnic en casa podría ayudarte a que tu hijo comience a asociar la hora de la comida con un momento de alegría y disfrute. Además, probablemente al estar en un nuevo “escenario” sea más fácil persuadirlo de probar nuevos alimentos o sabores.
Cuéntale que la leche hace que sus dientes y huesos crezcan fuertes, que las naranjas tienen vitaminas que lo ayudan a no enfermarse, que las manzanas pueden flotar en el agua o que las fresas son la única fruta que lleva sus semillas por fuera.
Entre más cosas sepa sobre la comida que consume, mayor será la probabilidad de que se interese por descubrir nuevos alimentos.
Estas técnicas están pensadas para ayudarte a que tu hijo se familiarice más con la hora de la comida, pero si rechaza muchos alimentos o crees que no come lo suficiente, te recomendamos consultar a tu pediatra. Juntos encontrarán la mejor solución.
Alrededor de los seis meses el sistema digestivo de tu bebé está listo para recibir alimentos sólidos.
La mejor manera de comenzar es darle alimentos en puré o papilla una o dos veces al día, esto lo ayudará a familiarizarse con el uso de la cuchara.
Cuando tu bebé comience a comer con sus manos, podrás incluir en su alimentación rebanadas de fruta y alimentos con otras texturas.
El inicio de la alimentación complementaria de tu bebé puede ocasionarte muchas dudas y miedos, ya que es un proceso donde los dos deberán transitar con mucha paciencia para poder adaptarse y lograr este proceso.
Lo importante es acompañar a tu bebé para que sea algo divertido. Por eso te compartimos estos consejos que puedes implementar para iniciar la alimentación complementaria.
Natalia es la cara detrás de @elbebegourmet, es mamá de 2, y creadora de contenidos que ayudan a las mamás en distintas etapas con tips y consejos de comidas aptas y saludables para los niños.
Con variedad nos referimos a incluir alimentos de todos los grupos alimenticios.
Te recomendamos elegir alimentos de diferentes fuentes cada día, pues las dietas que excluyen uno o más grupos de alimentos están asociadas con un mayor riesgo de padecer enfermedades.
No es necesario incluir todos los grupos de alimentos en cada comida.
Los alimentos nutritivos son aquellos que al estar listos para consumirse se mantienen lo más parecido a su estado natural.
Evita los alimentos procesados en la medida de lo posible, así como aquellos que contengan grandes cantidades de conservadores: cuanto menos procesado es un alimento, mayor es su contenido de nutrientes.
¡El agua es la mejor opción! También puedes incluir jugos de fruta naturales después de los seis meses. Evitas las bebidas azucaradas o con colorantes artificiales.
Si bien existen muchas guías que pueden darte una idea de qué cantidad de alimentos son suficientes para tu bebé, son solo guías. Conforme vayas conociendo a tu bebé sabrás identificar cuándo está satisfecho.
Aumenta el riesgo de que desarrolle alergias o intolerancia a la lactosa. La leche de arroz puede ser una buena alternativa, pero recuerda que no debes usarla como sustituto de la leche materna o fórmula, sino más bien como un complemento.
Contiene una gran cantidad de azúcares y potenciales esporas de bacterias que en niños menores de un año pueden causar estreñimiento, cambios en el apetito, letargo, e incluso cambios en la succión, resultando en deshidratación y neumonía.
Representan riesgo de asfixia. Por ejemplo: nueces, semillas, palomitas de maíz, uvas enteras y granos enteros.
Ahora hablemos de dos factores interesantes a considerar:
Si bien ningún alimento es dañino mientras se consuma de manera equilibrada, no es recomendable agregar azúcar y sal a la comida del bebé antes de los tres años.
Esta acción podría acostumbrarlo a estos condimentos y con el paso del tiempo necesitar más para percibir los sabores de los alimentos.
Además, los niños pequeños prefieren los sabores dulces, por lo que una dieta con muchos azúcares podría propiciar que se niegue a probar sabores distintos.
Los carbohidratos le aportan a tu bebé las calorías que necesita para tener energía.
Sin embargo, el azúcar refinada es un carbohidrato con “calorías vacías”, es decir, cuando tu hijo la consume en forma de dulces, pastelitos, refrescos o jugos procesados, se llena rápidamente de energía, pero no de nutrientes.
En cambio, cuando consume otra clase de carbohidratos como cereales integrales, leche, verduras con almidón (como la yuca y las papas), legumbres y frutas, se llena de calorías que le dan energía, pero también vitaminas, minerales y proteínas; nutrientes esenciales para su desarrollo.
Si quieres añadir dulzura a su dieta las frutas son tu mejor opción, ya que contienen azúcares naturales en forma de fructuosa y glucosa; que le darán energía y nutrientes a tu bebé.
Esto no significa erradicar por completo los dulces, caramelos o chocolates, está bien consumirlos, pero siempre con moderación.
Ten en cuenta que los riñones de tu bebé continúan desarrollándose, por lo que no es recomendable añadir sal a sus alimentos, ya que aún no están listos para filtrar grandes cantidades de sal.
El sodio, presente en la sal, es un nutriente esencial para la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.
Pero la sal no es la única fuente de sodio, este mineral se encuentra naturalmente en alimentos como la leche y la carne, así como en frutas y verduras.
La sal y el azúcar no son malas por sí mismas, lo que es malo para la salud es consumirlos en cantidades excesivas. Recuerda que una dieta balanceada que incluya alimentos en los que el sodio y los carbohidratos estén presentes de forma natural, es lo mejor para que tu bebé tenga toda la energía que necesita para crecer sano y continuar explorando el mundo.
Si tienes dudas sobre su nutrición consulta tu pediatra, él es el más indicado para ayudarte.
A continuación, veamos cómo cuidar la comida de bebé al congelarla.
Una de las principales ventajas de congelar los alimentos es que al conservarlos de esta manera sus propiedades nutricionales, como vitaminas y materiales, se mantienen casi intactos.
Además, mantener una reserva de comidas congeladas para tu bebé resulta muy práctico, pues te ayuda ahorrar tiempo.
Cuando prepares comida para bebé, te recomendamos consumirlos dentro de las 48 siguientes a las que lo cocinaste, de otro modo, tu mejor opción es congelarlos.
Te daremos algunos tips para congelar los alimentos, como papillas y purés caseros, y descongelarlos de manera segura.
Recuerda, tu pediatra es el más adecuado para asesorarte sobre la nutrición de tu bebé y la alimentación más adecuada para él de acuerdo con cada etapa de su desarrollo.
Si tienes dudas, consúltalo con él, juntos definirán las mejores opciones para tu bebé.
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